lunes, 13 de diciembre de 2010

Un poco más sobre los quioscos de la música

Los arquitectos Jose Ramón Fernández Molina y Juan González Moriyón en su obra La arquitectura del hierro en Asturias. “13 mercados y otros edificios urbanos” dicen lo siguiente sobre los quioscos de Aviles y Langreo:


Un caso singular será el kiosco de la música de Avilés, construido en el Parque del Muelle de la villa (…) La bibliografía histórica fecha su construcción en 1894, reproduciéndose fotográficamente por Octavio Bellmunt en “Asturias” en 1895, siendo su autor Federico Ureña. Este kiosco, junto con el de la Felguera,será el más espectacular de los construidos en Asturias. En ellos se concentrarán el exotismo, la complejidad y los efectos sorprendentes propios de las ideas románticas. Ambos kioscos lograrán superponer a la habitual planta octogonal unas cubiertas fragmentadas en varios cuerpos en las que la cúpula central adquiere todo el protagonismo y que, en el caso de Avilés, se completará con pináculos y tirantes de gran complejidad formal. Esta profusión decorativa se continuará en los capiteles de las columnas y en la elegante rejería de la barandilla.

El kiosco de La Felguera antes citado tiene claras relaciones con el de Sama, situado en el Parque Dorado de esta villa. Según indica Antonio Ramón Felgueroso Durán el alcalde de Langreo Antonio María Dorado contrata, en 1903, como arquitecto municipal a Manuel del Busto con la misión de dirigir las obras del parque de Sama. Este hecho parece poner fuera de duda que sea este arquitecto el autor del proyecto del kiosco de Sama y posiblemente también del de La Felguera. En los dos proyectos, la proximidad a la estética modernista y secesionista en aquellos años de Manuel del busto se hará presente en la original y exquisita forma de diseñar las columnas. El arquitecto evitará utilizar la tradicional columna de fundición más o menos decorada y se embarcará en una compleja aventura de diseño, donde perfiles livianos se unirán mediante roblones y piezas singulares que lograrán la rigidez e inerecia exigida a los apoyos. La elegancia del diseño se mantendrá en las vigas que unen las columnas y explotará en la exuberancia formal d elas ménsulas que apoyan la visera del kiosco de Sama.


(En la imagen, el quiosco de la música de La Felguera)

2 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Espléndido desde luego.

l'archivadora dijo...

Amando a mí me gusta bastante más el de La Felguera que el de Sama (que no me oigan). Cuando hicimos la ruta literaria con Alejandro Gallo nos contó que se había utilizado para esconder las armas,creo que por los maquis.