jueves, 21 de marzo de 2013

Los archivos del Colegio de Arquitectos

Esta vez no podrán decirme que hablo mucho de arquitectura y nada de archivos.


El colegio de Arquitectos de Asturias ha firmado un convenio con la Consejería de Cultura del Principado por el que depositan en el Archivo General de Asturias, sus fondos con una antigüedad superior a los 30 años.

Es una gran noticia ya que así se pone a disposición de los investigadores unos documentos de gran importancia no solo para los estudiosos del arte y el urbanismo, sino incluso para los ciudadanos “de a pie” que puedan necesitar información sobre los edificios en los que habitan.

Alfonso Toribio, presidente del colegio señalaba que los fondos incluyen todos los proyectos que han sido visados desde que existe el colegio. «Algunos proyectos son reconocibles todavía en el urbanismo regional y otros no han visto la luz», pero ofrecen una panorámica amplia de todo el trabajo de arquitectura, en el que caben obras de Castelao, Joaquín Vaquero y Javier Blanco, entre otros muchos.

(Noticia  y fotografía sacadas de La Nueva España)



También ayer me enteraba de otra noticia mucho menos agradable; el fallecimiento de Javier Argüelles Camporro. Empezamos a trabajar en el ayuntamiento con apenas dos meses de diferencia; él , como aparejador municpal y yo como archivera. Lo echaré de menos.

viernes, 15 de marzo de 2013

Cine y arquitectura

Edificio Empire State
Con el título de CIUDADES DE CINE, resulta fácil deducir que la programación de Sala Oscura. Tertulia cinematográfica (Langreo) , durante este primer semestre de 2013 gira en torno a las ciudades en el cine. Eso me llevó a pensar en que el cine puede servirnos también como fuente de información sobre el urbanismo y arquitectura.

No hace falta haber viajado a San Francisco para identificar sus casas victorianas o el Golden Gate. Todos conocemos el Empire State, desde que hace casi un siglo King Kong se encaramara a su cima, con su amada entre sus manos. Sabemos de su terraza, en la que se citaron para seis meses más tarde Cary Grant y Debora Kerr. Años después, en una versión de ese film, se encontrarían allí los personajes interpretados por Tom Hanks y Meg Ryan.

Casa kaufmann
 Si Alfred Hitchcock se inspiró en el cuadro de Hooper Casa junto al ferrocarril para la vivienda de Norman Bates en Psicosis, en Con la muerte en los talones, sería una vivienda de Frank Lloyd Wright -, la casa Kaufmann, si no me equivoco- la que serviría de modelo para la maqueta de la vivienda en la montaña. Ya que citamos a Wright, cabe mencionar El Manantial, una película basada a su vez en un el libro homónimo de Any Rand, sobre la vida de este arquitecto.
Interior del mercado de Covent Garden

  A veces un lugar queda indisolublemente asociado a una película o un personaje de ella. Cuando he visitado el mercado de Covent Garden, casi esperaba que en cualquier momento Eliza Doolittle/Audrey Hepburn, se acercara a ofrecerme unas flores.

  Intento recordar alguna película relacionada con Asturias y su arquitectura y no me viene ninguna a la mente –si podría citar ejemplos, en el caso de la literatura. No sé muy bien si no los hay –puede que se basen más en el paisaje y el paisanaje –o se trata de simple desconocimiento (reconozco mi desafección hacia el cine español) Una de las películas programadas dnetro del ciclo  es La Torre de Suso, rodada en la cuenca vecina Tendré que verla y luego les contaré

  Ah, quizás les interese saber también que en Avilés tendrá lugar el primer Festival de Cine y Arquitectura (FICARQ),  entre el 17 y el 21 de julio. Ya cuenta con página web aunque aún no hay información disponible en ella; de todas formas, creo que resultará interesante.

Y ya que el post trata sobre cine y arquitectura, les recuerdo que las proyecciones de Sala Oscura tienen lugar los martes a las 19,30 horas en el Cine Felgueroso, uno de los edificios más relevantes de la arquitectura langreana y que es objeto de interés por  muchos estudiosos de esta materia.

martes, 5 de marzo de 2013

Lavaderos, fuentes y abrevaderos.

Cuando pensamos en obra pública inmediatamente nos vienen a la mente Puentes, auditorios, polideportivos, autovías… Si la pregutna se la hubieran hecho a nuestros abuelos o bisabuelos, ellos probablemente también hubieran mencionado los puentes (aquí en Langreo se insistió en la necesidad de un puente entre Lada y La Felguera) pero en lugar de auditorios o polideportivos habrían citado lavaderos, fuentes o abrevaderos.


Lavadero en Soto de Agues (sacada de aquí)
Ahora se nos hace inconcebible pensar en una vivienda que no tenga al menos dos baños; por supuesto, la lavadora –puede que también la secadora- son elementos indispensables en la vivienda. En cuanto al agua corriente, solo somos conscientes de su presencia y utilidad, justamente cuando algún corte nos impide contar con ella.

En realidad, esas comodidades llegaron a las viviendas (o se generalizaron) a mediados del siglo pasado. Aunque pueda parecernos absurdo, la construcción de lavaderos y fuentes fue todo un avance en las condiciones de vida y trabajo de las mujeres. En lugar de tener que ir a lavar la ropa al río, podían hacerlo en los lavaderos, edificios construidos precisamente con esa función.



Si leemos las primeras actas municipales que conserva este ayuntamiento nos encontramos con continuas quejas de los vecinos respecto a las compañías carboneras. La explotación de las minas hacían que el agua de los cauces disminuyera o bajara tan sucia que hacía imposible su uso doméstico. A veces eran los manantiales o fuentes los que desaparecían con motivo de las actuaciones de estas compañías.

Comenzaron así a proyectarse y construirse fuentes y lavaderos. En esas mismas actas vemos como se suele pedir a las empresas que corran con el coste de la obra, ya que han sido ellas las causantes del prejuicio. Otras veces , solo se les pedía que sufragaran una parte del coste de la obra; especilamente cuando no existía suficiente dotación presupuestaria (lo más frecuente).
Pensemos en las fuentes que adornan nuestras ciudades. Efectivamente, su función es meramente ornamental al que en determinados casos se le añade el de lugar de reunión de un triunfo, normalmente deportivo (Cibeles en Madrid o la Gabinona en Oviedo) Pero en su día fueron los elementos sobre los que se basó el suministro de agua a los pueblos. Nos lo demuestran no solo los abundantes proyectos y presupuestos para su construcción y/o reparación sino también los expedientes de expropiación de terrenos para instalar en ellos dichas fuentes o los citados lavaderos.


La tabla de lavar se ha convertido en pieza de museo

Uno de los modelos más habituales, con mayores o menores variantes, es la contrucción en un único elemento del lavadero, abrevadero y fuente. Puede ser un edificio cerrado en que solo se instalan los lavaderos (en mayor o menor número); techado pero sin paredes –únicamente los pilares sobre los que ese sustenta el techo; lavadero y fuente dentro del interior, y el abrevadero en la pared externa.

También puede construirse únicamente fuente y abrevadero para el ganado. Recordemos, aunque a veces se olvide, que también existía agricultura y ganadería, aunque fuera para el propio uso familiar.

Esta semana vendrá un investigador a consultar los fondos que sobre lavaderos tenemos en el archivo. Eso es lo que me ha llevado a repasar la documentación y al hacerlo me he dado cuenta de que se trata de obras más complejas de lo que a simple vista puede parecer. Hay que dotarlos de tuberías, desagües, depósitos para el agua. Hay que hacer obras de excavación, no solo para los cimientos sino para las tuberías. El lugar además debe estar próximo a un arroyo u otro lugar que tenga agua.

¡Con lo sencillo que nos parece ahora poner la lavadora!

(No dispongo ahora mismo de  imágenes de planos o fotografías de lavaderos o fuentes langreanos por lo que no he podido incluirlos)