lunes, 28 de febrero de 2011

De lo bello y lo útil

Algunos comentarios de la entrada anterior alusivos a los ejemplos de reciclaje que mostraba, me han hecho recordar un fragmento de un libro sobre lo bello como contrapuesto a lo útil. Un tema solo aparentemente ajeno a los asuntos que se tratan en este blog.


(…) Todo lo que yo creaba no tenía otra utilidad que servir de complacencia a los sentidos, el agua saltando en el aire, los dibujos de la luz y de las sombras, las formas caprichosas de los setos o el aroma de las flores, y entonces pensaba que bien pudiera ser que la belleza estuviera en aquello que no servía para nada, como los poemas que leía Lucía, como las pinturas de los flamencos Jordaens o Teniers el Joven que llenaban de belleza muchos rincones del palacio, (…) o como las puesta de sol en el mes de junio, porque lo útil siempre era más feo, el azadón, el estiércol, las chimeneas de la fábrica, los pozos negros, los lavaderos del carbón o los animales desollados y listos para ser asados, quizá porque esa utilidad expresaba una necesidad y las del hombre andaban alejadas de la belleza, algunas incluso parecían innobles y grotescas, por eso yo me consideraba un ser privilegiado porque trabajaba en asuntos relativos a la belleza y además lo hacía al lado de un hombre sabio

(Argüelles, Fulgencio: El palacio azul de los ingenieros belgas)

martes, 22 de febrero de 2011

Arquitectura sostenible

(Esta entrada no guarda demasiada relación con los temas sobre los que se supone trata este blog, pero tenía muchas ganas de hacerla. Además está dedicada a "la profe" y a Miguel A.C.G., que comparten interés por estas cuestiones)

En los últimos tiempos se oye hablar cada vez con más frecuencia de conceptos como sostenibilidad y ecológico aplicado a la economía y a la arquitectura; también se alude a la eficiencia energética y al reciclaje. Nuevos y grandilocuentes términos para referirse a una realidad que ya se conocía y aplicaba en nuestro entorno; solo hay que darse un paseo por alguno de nuestros pueblos.

En la planta baja de las casas  estaban la cocina y la cuadra;  de esa forma, se podía aprovechar el calor que se desprendía de estas estancias para calentar las habitaciones, que se encontraban en el piso de arriba. Además, las ventanas eran pequeñas  para evitar las fugas de calor -nada que ver con los amplios ventanales, abiertos al norte que puedo observar ahora cuando paseo por O.

´¿No es sostenible y ecológico utilizar los tarabucos de la panoya, (la mazorca de maiz cuando se le ha quitado el grano) para construir las paredes? 


Paredes hechas con tarabucos de maiz


Y por último, dos fotos que demuestran que mucho antes de que se comenzara a hablar del reciclaje, en los pueblos ya se  aplicaba. 


Es habitual ver bañeras viejas reconvertidas en abrevaderos
 

Los somieres salen a la calle y se convierten en un portillo.


domingo, 13 de febrero de 2011

Separar el grano de la paja

Creé este blog entre otros motivos porque de forma paulatina el trabajo se iba filtrando en el otro, que gira en torno a los libros y la lectura. Intentaba separar ambos mundos; intento inútil porque, tal como comentaba aquí y aquí, se entremezclan continuamente.

A veces mientras estoy leyendo una novela, encuentro párrafos que me hacen pensar en asuntos relacionados con el trabajo. Eso fue lo que pasó con Ángulo de Reposo, de Wallace Sterne (un excelente libro, que aprovecho para recomendarles) en más de una ocasión.

La cita que transcribo a continuación me hizo sonreir y asentir porque es algo que todo investigador (o historiador) sabe pero que en muchas ocasiones sorprende -y desalienta- a quienes se enfrentan por primera vez a un trabajo de este tipo.


He oído a editores (…), quejarse de que tiene que leerse un centenar de
originales malos para encontrar uno bueno. Como yo he practicado el oficio de la
Historia, no me dan ninguna pena. Un historiador tiene que mirarse mil
documentos para encontrar un dato que le sea útil
. Si trabaja con
correspondencia, como yo ahora, y con la correspondencia de una mujer, para
empezar, para dar con sus islotes de información tendrá que ir vadeando una
desalentadora ciénaga de recetas, detalles sobe quehaceres domésticos,
enfermedades infantiles, visitas sin importancia, conversaciones intrascendentes
con personas desconocidas para el historiador y la relación de lo que hizo ayer
quien escribe la carta.

(Sterne, Wallace: Ángulo de Reposo)

lunes, 7 de febrero de 2011

Los arquitectos municipales: apuntes

Este artículo fue publicado en el Porfolio de Festejos de Santiago de 2006. En ese momento se lo dediqué a un compañero fallecido que tuvo mucho que ver en mi afición por la arquitectura y en que aprendiera a conocer y querer al concejo langreano. Por eso, mantengo la dedicatoria. (Debido a la extensión del mismo, lo iré publicando en partes, alternándolo con otras entradas)


Dedicado a (Antonio Ramón) Felgueroso,
al que sigo echando de menos

Supongo que a estas alturas, mis lectores –espero tenerlos- habrán deducido mi interés por la historia de Langreo. Un tema que me atrae especialmente es el estudio de la arquitectura a través de la figura de los arquitectos municipales; en ello tuvieron mucho que ver, además del propio trabajo y las charlas con investigadores, las conversaciones con Felgueroso.
Recuerdo su respuesta a mi comentario sobre este proyecto. Según él, este trabajo ya lo había hecho Aladino. Efectivamente, Aladino Fernández hizo un estudio magnífico sobre la evolución y desarrollo urbano de Langreo ; prueba de ello es que, a pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo una obra de consulta obligada. Pero creo, lo mismo que creía entonces, que el enfoque en uno y otro caso serían diferentes.
A medida que recopilaba notas e informaciones sobre esta materia, fue tomando forma en mi mente el esquema que ahora trato de plasmar en este artículo. No es el fruto de una lenta reflexión sino de una primera impresión y he preferido mantenerlo así. Tras esta declaración de intenciones, entremos en materia.


Aunque el título alude a LOS ARQUITECTOS MUNICIPALES DE LANGREO el trabajo finaliza en 1975, año del fallecimiento de Julio Galán. ¿Por qué establezco ahí el límite? En primer lugar, porque con él desapareció una forma de desempeñar y entender el cargo de arquitecto municipal. Por otro lado, el cambio político español trajo consigo la promulgación de nuevas leyes de Régimen Local y Función Pública

Desde mi punto de vista, para hacer este estudio debe tenerse también en cuenta a aquellos arquitectos del periodo de entre siglos que llevaron a cabo obras importantes en el concejo; y es imprescindible mencionar a Antonio María Dorado. Con todo ello, vemos que nuestra investigación abarca 101 años: desde 1874 hasta 1975.

El alcalde Dorado
Mi acercamiento a la figura de Antonio María Dorado se produjo a través del libro de Aladino Fernández . Tanto en ésta como en otras obras del mismo autor, se trasluce la admiración que siente hacia el alcalde. La lectura de Caciquismo, lucha localista y revolución en el Langreo contemporáneo, un libro de Francisco Palacios , presentaba una visión de Antonio María Dorado completamente opuesta. Durante mucho tiempo me llamó la atención la visión tan divergente de uno y otro respecto a la misma figura.

La preparación de un artículo sobre el edificio consistorial supuso mi primera “cita” con Dorado; tras ella, hubo otros encuentros que junto con la lectura de algunos libros sobre historia de la arquitectura hicieron que entendiera y compartiera la admiración de Aladino Fernández por este alcalde “urbanista”.

Valoraciones políticas aparte- que no me interesan, al menos en este momento- creo que Antonio María Dorado tuvo una visión muy clara y adelantada respecto al urbanismo y el diseño de las ciudades y porfió por aplicarlo en Langreo. Prueba de ello la tenemos en su empeño, conseguido tras arduas discusiones, en que el nuevo ayuntamiento se erigiese en la Plaza del Bornero en lugar de reedificar en el antiguo solar . Respecto a quienes le acusen “de barrer para casa”, opino que pretendía embellecer a la capital del concejo, considerando que dichas actuaciones redundarían también en el concejo y la imagen que este proyectase al exterior. ¡Pero dejemos a Dorado!