Cuando ideé y diseñé el proyecto del taller de historia del curso (2010/11) busqué esquivar el peligro del copy taste aunque no contaba con otro enemigo: la falta de costumbre. Los chavales comentaban que este trabajo era “dificil”, que “nunca lo habían hecho”. Como les comenté, no era tanto lo primero como la falta de costumbre. Cuando se enfrentan a un trabajo, aplican la fórmula habitual –tal como haríamos nosotros- y, tal como nos sucedería- les resulta extraño y les cuesta romper con la costumbre y buscar una forma nueva de hacer las cosas.
Cuando a una de las chicas que trabajaba sobre la violencia de género le pregunté cual era su opinión sobre las causas que la provocaban, repitió en tono de extrañeza ¿mi opinión? Le costó asumir que no me interesaran tanto los datos e información que había incluido en ese punto de la ruta como sus ideas sobre ese tema. (Como mi identidad lectora no me abandona, les recomendé La mujer de verde, de Indridasson, un libro que refleja perfectamente las consecuencias del maltrato no solo en la víctima sino en las personas de su entorno)
Aunque insistí una y otra vez en que no toda la información está en google ni todo lo que allí encontramos es cierto, no me libré de oirles la famosa frase (más o menos literal) de venía en google cuando tuve que corregirles algunos errores. Uno de ellos, relacionado con el barrio Urquijo, fue más gordo de lo habitual aunque me vino bastante bien. y estaba .
Habían sacado el texto de un blog donde hablaban del arquitecto Rodriguez Bustelo y su obra en Langreo. El problema está en que el autor del blog había “fusionado” dos proyectos de este arquitecto –el del barrio La Nalona y el barrio Urquijo y le atribuía al segundo algunas de las características del primero. En la siguiente clase les enseñé los planosde ambos barrios y también los correspondientes a una vivienda obrera. De esa forma, pudieron comprobar directamente sobre la documentación los errores cometidos y también darse cuenta de a que se referia el autor cuando decía
En el anteproyecto para el Barrio Urquijo, Bustelo realiza toda una declaración de principios cuando señala que lo había redactado «armonizando en lo posible las razones de economía y estética con las necesidades materiales».
El otro motivo por el que creo que practican el copy taste (del que tampoco me libro, como se acaba de comprobar) es porque sacar sus propias conclusiones y utilizar sus propias palabras les resulta difícil. Pero como les comentaba, incluso a quienes estamos muy acostumbrados a escribir, sigue costándonos cada vez que tenemos que enfrentarnos a la pantalla (o al papel) en blanco.
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